viernes, 19 de agosto de 2011

El faro más inhóspito del mundo, Evangelistas en Patagonia.


El Faro Islotes Evangelistas, apodado por los fareros como " La Roca ", está ubicado en la boca occidental del Estrecho de Magallanes (boca del estrecho que da al Océano Pacífico) en medio del océano y a dos días de navegación desde Punta Arenas, Chile.
Fue inaugurado el año 1896, tras años empleados en su construcción, la que fue catalogada como toda una osadía y hazaña para la época,  también lo sería para la actualidad, aún considerando los medios con que se disponen hoy, debido a las dificultades climáticas, de logística y aislamiento que presenta el lugar.


 Supongo que cuando tenía 20 años, siendo soltero, sin hijos, ni nadie que llorara por mi excepto mi mamá, estando distante a más de 1500 kms,  la carga psicológica de permanecer aislado por cinco meses como farero en la roca, en términos de aislamiento en faros al sur del mundo, no fue gran cosa, ni lo será.  Pero si a esto además agrego historias antiguas que he oido de fareros que permanecieron sin salir del faro Evangelistas por un periodo de hasta  dos años, cinco meses de completo aislamiento realmente no importan.


Hay muchas historias que se cuentan del Faro Evangelistas. Tormentas fabulosas al estilo del cine, cómicas anécdotas, accidentes, fantasmas deambulando, vivencias extremas, largas esperas. Las dificultades que plantea una evacuación realmente pueden ser un problema dependiendo del contexto de esta. Cito la espera que se produjo en la mítica caleta 40 días. Lugar bautizado así tras 40 días de espera de un buque  por buen clima  para dar inicio a los relevos de personal. Al relevo los fareros solo contaban con víveres para susistir un par de días más.
Recuerdo ver venir y volver por donde mismo al buque y tener que esperar casí un mes más por mi relevo. Tuvimos que ajustarnos en las raciones y comer una que otra alga, para variar un poco el rancho,  pero nada serio.


Lo del clima  es cierto, sólo hay ventanas de buen clima, llueve prácticamente todo el año, no existen las estaciones, éstas apenas se distinguen, es como vivir siempre en medio del invierno. Llueve  en forma horizantal, las olas superan facilmente los 12 metros y suelen elevarse más aún,  al chocar con las paredes rocosas del islote,  bañando de agua salada el faro asentado en la parte más alta, a casi  60 metros de altura sobre el nivel del mar, haciendo del agua de lluvia recolectada en el techo del faro para bebida, intomable. El viento suele en tormentas sobrepasar los 120 nudos (más de 200 kms x hora) y acaricia el islote normalmente con 30 a 35 nudos de intensidad. Dadas tales condiciones la roca se mantiene desnuda, con apenas  tímidos musgos que se asoman.
Recuerdo haber estado más de quince días sin poder salir del faro debido a los fuertes vientos que hacían inseguro exponerse al aire libre, dadas las enpinadas paredes de casi 60 metros que conducen directo al océano y que se asoman solo a metros del faro.
Recuerdo sentir hincharse mis venas tras los ensordecedores latigazos de los rayos de una tormenta  y su estela olor a azufre que cayeron sobre el pararayos del faro, dejándonos sin electricidad e incomunicados con el exterior por dos días.

Para mi la experiencia de permanecer aislado por cinco meses en  la Roca fue una de las experiencias más enriquecedoras y singulares  que he podido experimentar como marino y farero en la Patagonia.


                                           Reaprovisionamiento Faro Evangelistas

Luis Pavez







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