martes, 20 de agosto de 2024

Temporada 2018 en Valle de Cochamó, retorno al Valle, nuevas rutas y reencuentros.

 Luego de la temporada 2017 en El Chaltén decidí que sería el momento de volver al Valle de Cochamó tras varios años ausente del lugar que me dió muchas herramientas  para crecer como escalador y muy buenas y educativas  experiencias que me han acompañado siempre.

La primera vez que vine al Valle a escalar fue en verano del año 2006, en esa oportunidad escalamos junto a Mike Sánchez  “Camp Farm” mi experiencia en escalada eran un par de años haciendo deportiva, era un desafío porque era el siguiente nivel para mi en la escalada.

 Por la escasez de zonas de escalada en mi entorno en Puerto Montt y los alrededores, y no es excusa que debíamos abrir las rutas si queríamos escalar o bien viajar al Cajón del Maipo, no era tan fácil acceder y progresar en el deporte,  como ahora con el explosivo crecimiento de esta disciplina del montañismo en el país y la gran cantidad de adeptos que tiene a su haber y por ende la infinidad de rutas existentes. Nuestro patio de juegos en aquellos tiempos era Metri.

Luego volví el verano del 2007 al Valle junto a Mike y abrimos las segunda ruta del Anfiteatro, la primera ruta fue “Icaro y la Luna” por Mike y Martín Waldor de Alemanía,  la nuestra fue una línea que vió Mike al lado izquierdo de Icaro y la Luna, la llamamos “Pulso” y fue la primera ruta abierta por una cordada Chilena, en lo personal fue un salto exponencial en mi escalada y un hito que marcó un antes y un después para mi, todo gracias al Valle y a el conocimiento  transmitido por Martín a Mike y luego de el a mi en una gran medida y bueno además una buena dosis de huevos puestos en las paredes del Valle.

En otra escapada de esta temporada 2007, con  Mike probamos “Pegadito a la Pared”, abierta por Chiquinho de Brasil.

La verdad, las grandes paredes no cambian, pero lo que me llamó profundamente la atención este 2018 del Valle, bueno encontrar muchas más rutas abiertas, pero sobre todo la gran cantidad de gente que lo visita, lo cual no significa que sea bueno o malo.

 Recuerdo con mucha nostalgía que éramos muy pocos los visitantes en aquellos años iniciales del Valle como centro de la escalada de grandes paredes en Chile en la actualidad. 

Acampábamos a las afueras del antiguo refugio de Daniel Sieliger, en total nunca habían más de  seis carpas instaladas, bebíamos la cerveza artesanal fabricada por Daniel y comprábamos pan amasado a Silvina, compartíamos con lo arrieros.   En los días de mal tiempo hacíamos comidas comunitarias en el refugio junto a los otros escaladores.  Recuerdo en el refugio a Chiquinho de Brasil, que abrió rutas en el Trinidad y con cariño a B. Kowalski (que abrió la primera ruta en el Monstruo) y con el aún mantengo contacto y tantos otros…Compartíamos buenos momentos y nuestras experiencias en las paredes durante los periodos de lluvia mientras comíamos junto a un buen vino tinto en caja en este refugio.  Eran otros tiempos, una  época de pioneros en el Valle en palabras de Daniel.  Pero lo que más extraño eran los baños después de las escaladas en los pozones vírgenes donde no había contaminación alguna. 

  De todo eso a mi vuelta y con pena escribo quedaba poco o nada debido al aumento exponencial del turismo en la zona, de los deportes Outdoor en Chile y que salió a la luz del mundo uno de los lugares con mayor potencial en la escalada a nivel mundial, favorecido en gran medida a información presente en redes sociales y sobre todo creo que este punto es muy importante. 

Bueno, podría escribir mucho del Valle, pero mejor es avanzar en estos relatos…

Motivado por la escalada y por mejorar mi técnica y adquirir más experiencia en pared, que me permitiera afrontar con seguridad y más eficiencia mis metas en Patagonia, quería volver al Valle a probar nuevas rutas y escalar más y más, fue así como este año 2018 en Cochamó hice cordada con cuatro grandes amigos,  Mike Sánchez, Diego Díaz (Piketa) y Christopher  Thompson, resultando unas bellas escaladas que pudimos completar.  Acá algunas fotografías de estas junto a mis amigos en Cochamó la temporada 2018.


Escalada en una jornada junto a Diego.
Puerto Montt/Valle Cochamó/Puerto Montt.


En placa de Cochamó.


Aleta de Tiburón junto a Diego y Christopher.


La clásica “Apnea”


Christopher, Diego y yo “Aleta de Tiburón”


Headwall “Al Centro y adentro” con Mike y Diego.


Pared ruta “Al centro y adentro”


Mike en uno de los largos.


Diego y Mike.


En tierra.

El 2018 fue una buena jornada de escalada con estos amigos, más adelante seguiríamos escalando y disfrutando juntos en el Valle.


Luis Pavez

jueves, 1 de agosto de 2024

Ventanas de horas. Triple intento a la Aguja de la “S”, El Chaltén, Patagonia 2017.

Entusiasmados por la temporada 2016 en Torres del Paine y ya que llevábamos tiempo escalando con mi amigo Daniel Tureo, decidimos que era el momento de volver a Patagonía, por un plan más ambicioso, pero esta vez al Chaltén. 

 Durante nuestra aproximación al Espartano en Patagonia la temporada 2016 nos hicimos amigos de Mike Boywer, un escalador norteamericano que conocimos en el base Camp Británco del Valle del Francés, mientras él y su cordada junto a nosotros con Daniel esperabamos buen tiempo para escalar alguna pared de aquel valle. 
De esa espera en el base camp, luego de esperar y esperar, mate tras mate terminamos de amigos e intercambiando números telefónicos e emails para volver el año 2017 a El Chaltén.  Esta vez como relaté en otro post no escalamos nada. 

 Con Daniel nos juntamos en Puerto Natales la temporada 2016 en el mes de diciembre antes de la navidad y la verdad es que el pronóstico del tiempo no era nada favorable. Confieso que junto a Daniel queríamos intentar el Fitz Roy si contábamos con una buena ventana, finalmente el tiempo atmosférico es el que manda. 
 Es así como tras esperar escalando para mantenernos en forma en las paredes del pueblo del Chaltén nos decidimos a realizar una aproximación el día 21 de diciembre a la Aguja de La "S" por Laguna Sucia, ¿ porque esta Aguja ?, porque dadas las escasas o nulas ventanas que daban los reportes meteorológicos no tendríamos opción de intentar el Fitz. Creíamos que con seis horas de ventana podríamos intentar escalar esta Aguja, dado su relativamente corto acceso desde el pueblo de El Chaltén.


Junto a Daniel en el pueblo de El Chaltén


En el vivac de Laguna Sucia esperando tiempo

Salimos de el Chaltén hacia la aguja y recuerdo que pasamos mi cumpleaños número 43 en el vivac de Laguna Sucia a la espera de ventana, fue un momento memorable para mi pasar un cumpleaños en esas circunstancias.
Tras esperar esa añorada ventana que nunca llegó, luego de un par de días en el vivac y dado que las condiciones empeoraban decidimos volver a El Chaltén a esperar, talvez intentar de nuevo con otra estrategia o cambiar de objetivo. En el vivac pudimos observar la pared cubierta de nieve por la cual queríamos escalar, no eran las condiciones ideales para nosotros.

Junto a Daniel decidimos volver a intentar la Aguja de la “S”, esta vez lo intentaríamos por la cara opuesta, es decir ingresando por Niponinos. 

Juntamos energías, armamos nuestro equipo y logística y nos lanzamos. Aquel día de aproximación acampamos en el glaciar a los pies del Cerro Torre, en una cueva de hielo, bastante incómoda, pero sirvió para pasar la noche, no dormimos nada.  El acarreo es muy largo y tedioso hasta este lugar y la verdad cae bastante material desde ciertas secciones del trayecto de aproximación lo cual lo hace un tanto peligroso. 

Una vez amaneció salimos hacia la Aguja de la “S”, intentaríamos el ascenso por la canaleta que da al Cerro Torre.
El Fuerte viento en el sector nos votaba al suelo, llegamos al vivac Polacos, decidimos esperar y la verdad nos sirvió para darnos cuenta que no podríamos ni siquiera aproximarnos más a la Aguja, dadas las condiciones de viento.   
El regalo de llegar hasta acá unas buenas vistas del Cerro Torre, Mocho, Egger, Fitz Roy.
De vuelta a El Chaltén a desquitarse escalando un poco más y unas buenas cervezas.


De la “S” desde Polacos.


Mocho, Torre, Egger, Standhart.


En vivac Polacos esperando tiempo.

Una vez en El Chaltén nos reunimos junto a Mike que viajo desde USA, en un largo viaje  a escalar a la Patagonia con nosotros, una vez instalado salimos a probar varias rutas multilargo, los boulders, etc. 
Daniel, dado que tenía pasajes de vuelta lamentablemente nos dejó, me quedé a formar cordada con Mike, un excelente escalador, con experiencia en paredes de Norteamérica e Himalayas. 


En una de las rutas multilargo con Mike y Daniel.


Esperamos junto a Mike ventana y no se veía nada bueno el panorama, finalmente una ventana de  seis horas y nos fuimos a intentar la Aguja de la “S” por Laguna Sucia.  Misma temática que con Daniel, salimos del pueblo y nos instalamos en el vivac de Laguna Sucia a esperar la ventana. 
Pusimos el despertador de madrugada y salimos hacia la Aguja con decisión. 
A eso de las 1000 de la mañana habíamos cruzado el glaciar Río Blanco y nos encontrábamos frente a la pared, no sin antes pasar un poco de susto por la existencia de grietas que vez de  en cuando se abrían bajo nuestros pies, pues había nevado hace poco y no eran visibles, en todo caso siempre encordados y atentos a esta condición.
El tiempo era muy inestable y se aproximaban nubes que hacían presagiar mal tiempo.  Con Mike nos quedamos mirando la pared de la Aguja frente a frente y a poco metros de distancia por unos minutos atónitos de tanta belleza y realidad, en mi caso además preocupado por el mal tiempo que veía venir, por lo que le sugerí a Mike abortar la escalada. 
Y así cuando nos retirábamos minutos después de tomada la decisión de abortar nos vimos envueltos en un white out, con bastante viento que nos ralentizó mucho la retirada. Mucho, mucho viento y escasa visibilidad. Cuando pasamos al lado del Mojón Rojo Mike me sugirió escalar en mixto la pared del Mojón Rojo que da al filo cumbrera y ahí estuvimos. El quería sentir la energía del lugar. Tuvimos que retirarnos por el incesante viento que hacía peligrosa la escalada, tras tan solo un largo. 
Un susto me dió Mike en una circunstancia durante la retirada de esta pared. 
No tenemos otra opción le dije, en el filo del cerro saldremos volando por el viento, jaja.

Ya cerca de Laguna Sucia el viento, era de unos 60 Nds, estimo esto porque el viento levantaba agua de la Laguna Sucia distante a un kilómetro aproximadamente de nosotros y nos rociaba con su agua a modo de ducha. Perdí una de mis bota de alpinismo desde mi mochila con el viento y fue a parar unos 30 metros más atrás.
Llegamos muy, muy mojadas y cansados al pueblo, castigados por el granizo, la lluvia y el viento, pero contentos de la experiencia vivida en Patagonia y de llegar bien.



Mike en el glaciar Río Blanco.



Frente a la Aguja de la S, atrás Saint Exupery.



White out



Luis Pavez